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Desarrollo personal desde múltiples ángulos.

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Porque se me daba mal, proceso raro la información y para exorcizar mis demonios.

Por eso escribo…

Soy disléxico, no sé si sabes de qué va. Es alteras el orden de letras, sílabas o palabras, al leer y escribir.

Para mí, un crío de mi época, era una movida, te hundía en la miseria. Te baja a tercera regional, y el resto de chavales en Champions. Ni eres igual que otros, ni puedes aprender al mismo paso.

Era asfixiante la sensación tener que leer en alto en público. Lo odiaba desde las entrañas.

En los fantásticos 80's, era muy habitual que a los nos hicieran leer fragmentos del libro de texto. En parte por tenernos entretenidos, en parte por ahorrarse explicarlo. El caso es que teníamos que leer un cacho por renacuajo.

Se acerca, crío a crío, el horroroso momento en el que te va a tocar. Se adelantaban los síntomas. Empezaba por el fuegazo en la cara y el sudar a chorros. Daba igual que se te notara o no, que ya lo alimentabas. Luego te abandona el aire. El infierno se acarreaba inexorable, cuando desfilaban, uno a uno, los compis que tenías por delante. Anticipando en la cabeza la risa de todos y la burla de la seño. Y llega el momento más temido.

Obvio que lo haces mal. Obvio que se ríen de ti. Y obvio que te cae la gracieta del adulto.

Cuando tocaba salir a la pizarra a escribir... tres cuartos de lo mismo. Dibujaba mal las letras que tenían parecido por estar giradas o reflejas (como: b, d, q, p…), pero también invertía el orden de los números y algunas cosas más. Imagina el circo de tres pistas para clavalines hastiados hasta la desesperación.

Con semejante panorama, para no creerse que eres lo peor, que eres tonto, que no sirves, que eres raro,…

Nadie sabía lo que escocía, tratar de encajar en la maquinaria industrial de la educación, cuando tus piezas son otras. Pero todos te intentan convencer de tu vaguería. Te recetaban, que con suerte, tendrías un trabajo pa’torpes y cortitos. Te apartan con algunas clases especiales (más bien castigos especiales). Los veranos eran de Cuadernillos Rubio y Vacaciones Santillana, en dos tomas diarias…

¡Una maravilla la dislexia en esa época!

Y precisamente por esta dificultad, por la forma de procesar la información, conecto los conceptos de forma distinta y disfruto de ello. Hay galaxias de conceptos en mi cabeza y agujeros de gusano que las conectan.

Esta historia tiene su final feliz (que ya escribiré más adelante).

Cuando digo que todos podemos mejorar, pienso en personas que han superado situaciones mucho más duras que la mía, verdaderos héroes y heroínas. Compararse no sirve de nada, inspirarse sirve de mucho.

Cada persona, desde donde está, puede conseguir cosas que antes no podía.

Y quizás, puede aportar a otros, esa es la principal razón de mi blog.

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  • Y va con algo bastante valioso, que no te cuento. Tendrás que acceder para saberlo. Tan solo te digo, que hay quien tan solo trabajan con estas dos herramientas.

2 - ¿Te entiendes bien con todo el mundo? ¿Te imaginas comparando los 9 tipos de personalidades con tu comportamiento y el de tu entorno?

Guía práctica de identificación de patrones de personalidad con Eneagrama. 22 páginas, sin paja.

  • Porque no se puede ir a la batalla con un tenedor. Deja de estar en alerta por no tener recursos. Bien aplicado, te sumerge en el mundo del auto-conocimiento, para emerger con mayor sabiduría.

  • Visualiza, ¿cómo sería tener la capacidad hacer de detective de las personalidades? Te puede abrir una puerta al entendimiento, porque podrás comprender sus motivaciones profundas. Que no digo que sea sencillísimo, pero es dinamita.

  • La mayor parte de las cosas que nos preocupan, tienen que ver con los otros, y con las emociones que vivimos al interactuar. Es como desarrollar una especie de superpoder, para saber acercarte y comunicarte, de forma efectiva y afectiva.

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