De no saber priorizar, al autoconocimiento. Un caso de éxito.
Mucha, pero mucha gente, pregunta cómo terminé acompañando personas.
Pues bien, no me alcanzó un haz de luz que me derribó del caballo.
Ni sentí una llamada en medio de una multitud que me llevó a un prado verde lleno de flores.
Tampoco vengo de una familia de larga estirpe de profesionales (más bien de las de pensar, que la persona que va a estas cosas, es que no anda muy bien).
Mini contexto, para que te hagas una idea.
Tenía un jefe que comentaba sobre mí a otros:
— “Manu, trabaja media jornada. De 8 a 8.”
De 8 a 8, es de 8:00 a 20:00, o de 8 am a 8 pm, si lo prefieres.
Fueron, un buen puñado de años de mi vida.
Un poco workaholic y un poco “traje a medida” de quien era (quédate con ello que luego te cuento*).
Pues en mi estado de 12 horas trabajando, me surge la necesidad de ser más productivo.
Ya ves de qué palo iba.
La famosa gestión del tiempo.
¿Cómo puedo hacer más?
Mira que no me había preguntado: ¿Cómo puedes hacer lo mismo en menos tiempo?
Pues no, quería avanzar más, llegar a más.
Algunas cosas me sirvieron mucho y las aplico.
Otras cosas, no me cuadraban del todo…
… como cerrarle la puerta a la gente o apagar el teléfono en medio de la jornada laboral.
No lo recomiendo para todos los puestos.
En una de estas, di con uno de los libros de desarrollo personal y productividad, más top de todos los tiempos: los 7 hábitos de la gente altamente efectiva del “faquin amo” Steven Covey.
Un antes y después. Te cuento.
Entre muchas maravillas, este libro contiene la explicación de la matriz de Eisenhower.
Que en un vértice tiene la urgencia y en otro la importancia.
Y en la que se clasifican las tareas, para saber manejarlas.
El tiempo no se gestiona, se gestionan las tareas.
Y las tareas se ordenan por prioridades.
A esas alturas de la lectura, ya me había explotado la cabeza 15 veces.
Pero claro, la pregunta era:
¿Cómo puedo saber las prioridades?
Tenía muy claras las urgencias:
Actúa antes de asumir un daño, siempre que sea posible.
Haz primero lo que te diga tu jefe, mejor si está informado de lo que pasa.
Paga las facturas antes de que te corten el suministro y mejor si lo domicilias.
Etc.
¿Y la importancia?
Ummm
Sí, pero no.
Sencillo cuando todo es medible y comparable.
¿Y los intangibles?
¿Y las brillantes satisfacciones presentes, frente a los beneficios del día de mañana?
¿Y las pocas ganas de este momento frente a (quizás y solo quizás) conseguir algo valioso en el futuro?
Y no es que, en plan disfuncional, no supiera distinguir cosas elementales.
Fueron años de buenos resultados.
De tachar, cosas materiales, en el check-list del bienestar social.
Pero había un puto vacío doloroso…
Ahí yo, de fracasado escolar a jefe de proyecto y, como tantos, lejos de ser feliz.
Cuando no sabes hacia donde navegas, ningún viento es favorable. - Séneca
Ahí cayó la ficha definitiva:
Para saber priorizar a nivel Dios, hay que conocer lo que tú valoras, lo transcendente…
El desafío es, cuando metes todo en la coctelera: trabajo, disfrute personal, relaciones,…
¿Qué valorar realmente?
¿A qué propósito orientar la vida?
¿Cuáles son los pasos a seguir para conseguirlo?
Me costaba priorizar, por no tener clara la estrella polar, a la que orientar mi rumbo.
Me costaba priorizar, porque no me conocía.
¿Quién era yo en el río de la vida?
Fuera de lo cursi o poético de la frase, lo digo porque me arrastraba la corriente.
Cierto que no directo al vertedero, pero no estaba claro cuál podría ser mi lugar.
Un buen lugar para mí.
Si estás en mi lista de correos (de no estarlo, no sé a qué esperas 😜) sabrás que, tengo un idilio fructífero con el Eneagrama.
Y que germinó en la “A” del método M.A.G.: Aumenta tu bienestar con Autoconocimiento.
Quiero rematar, diciendo:
La falta de claridad, tiene mucho que ver con la falta de autoconocimiento.
Difícil que sin conocerte sepas encauzar tu vida, y no me refiero a ganarte el pan.
Me refiero a la crisis del primer mundo, la jodida falta de sentido.
*En ese momento no lo sabía, pero trabajar 12 horas tenía todo el sentido para quien era.
Satisfacía mi necesidad de contribución, novedad y programación infantil de status y seguridad.
Cosas que yo pude ir descubriendo y que también podrías hacerlo en tu caso.
Si crees que puedo ser la persona que te podría llegar a acompañar:
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