¿Eres parte del 57,2% de las personas que se sobre-implican en la pareja o tienes alguno de estos otros roles?
En el 2022, pusieron a 1.000 personas a completar una encuesta sobre relaciones de pareja.
Te comento los resultados:
A) El anhelo por encontrar amor, deja paso, a la ansiedad para evitar la soledad.
Las causas habituales de la necesidad de tener pareja, es que ésta cubra:
las carencias emocionales y
la sensación de no ser capaz de conseguir cariño y compañía, por sus propios medios (eso lo asocian a la falta de autoestima).
El ansia viva, es mala compañera a la hora de buscar la pareja adecuada.
Lo mismo te conformas con lo del fondo del cajón de los calcetines del Primar.
Y es que sobre los 35, cuando los años pasan rápido (acercándose los temidos 40), salen canas, se intensifican las comparaciones, las resacas duran más … y las parejas buenas están pilladas.
B) Sobre esa edad, se solidifica la forma de estar en pareja.
Tiene un pie, en tus experiencias en relaciones anteriores, y el otro, en cómo fue la relación de tus padres.
¿Cuál de estos 5 estilos es el tuyo?:
1. De relación sana (3,8%)
Wow! que mal dato, ¿no? Pero bueno, podría ser, ¿verdad?
Mira lo que implica y luego me dices:
Tienes la posibilidad de ser tú.
No tienes una dependencia emocional.
Eres capaz de gestionar los conflictos, con una comunicación adecuada.
Atiendes a tus emociones, sobre todo a tus miedos.
Gestionas tus expectativas.
2. Disponibilidad emocional nula (4,6%)
Por alguna razón, pese a jugar a tener pareja, no estás para eso:
Puede que estés en el pasado (ejemplo: añoras una relación anterior).
Es tener sentimientos profundos en pausa, que no te salga ir más profundo, que estés con la coraza (que distancia).
Anticipas un gran sufrimiento, a entregarte y que no te correspondan.
Sería el apego evitativo de manual: de agobiarse y huir de lo que huela a formalidad o compromiso, y priorizar la intensidad al largo plazo (en plan amorío de verano).
Es miedo enmascarado de libertad.
3. Perfil triangular (10,6%)
Te vale con ser segundo plato. Rebañar las sobras de otros, por un poco de falso amor (ooóoh).
De triangular con una pareja, tendrás mucho juego de seducción, tensión sexual y la retroalimentación emocional entre los amantes.
De ser con un pariente, enfermedad, trabajo,… el obstáculo es distinto, y el resultado el mismo, quedas a la espera.
Para ambos casos, hay una fuerte contrapartida, el efecto Pigmalión (o profecía autocumplida).
De forma inconsciente, eliges parejas poco o nada disponibles para el compromiso.
Con ellas es muy sencillo cumplir tus creencias: “nunca me eligen”, “siempre me sale mal”,… y que se terminan confirmando, porque no te priorizan.
Por el camino, te enganchas a emociones fuertes, demandando que esa persona, por fin, te dé tu lugar y sientas su amor.
4. Estilo de auto-protección (23,7%)
Buscas cuidados y protección por tu pareja.
De manera inconsciente crees que las cosas no dependen de ti, por lo que:
Tiendes a victimizarte.
Tienes una actitud pasiva.
Piensas que, con alguien capaz a tu lado, te irá mejor con tus problemas.
Terminas asumiendo un papel de hija/o de tu pareja.
Desarrollas apego ansioso: absorbente, invasivo, sumiso, demandante, celoso…
5. Estilo de sobreimplicación (57,2%)
Los papeles de cuidador, protector y salvador se agrupan en el paraguas de la sobre-implicación emocional.
Podrías pensar: ¿y qué hay de malo en cuidar o proteger mucho a mi pareja?
Que lleva a un rol parental, en que asistir al otro, deja fuera de la relación el compromiso, la intimidad y la pasión.
Y es que, cuando estás en la ayuda desmedida, infantilizas. Y te lo pagan con necesitarte, pero también con no hacerse cargo de su vida.
Por tu parte sobreimplicada:
Te sientes bien y te consideras mejor por ayudar.
No te importa sacrificar tus deseos y necesidades.
Eres servicial y te cuesta decir no a tu pareja.
Sentir que puedes resolver sus mierdas, la sitúa como inferior, a quien hay que cuidar como haría una madre/padre.
Ahora está a tope, la polémica de Roro (la que cocina 6 horas un plato para su Pablo), o la de Llados, que afirma ser un protector (pese a grabarse diciendo, que si su mujer engorda la deja).
Me recuerda, al típico defecto que se dice en las entrevistas de trabajo: es que soy muy perfeccionista. Pues este: es que soy de desvivirme.
No por habitual, deja de ser una forma disfuncional de estar en una relación.
Si aprendes de autoconocimiento (aquí artículos y aquí una guía de identificación de eneagrama), y reconoces tu estilo de estar en pareja (que te lleva a actitudes de toxicidad o dependencia), podrás corregir tus comportamientos.
Todo es conciencia y dosis.
Si quieres que te acompañe a potenciar ambas:
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2º me contestas a cualquiera de los emails que te mande.
Un abrazo,
Manu
PD 1: Para más sobre relaciones personales, pincha en el enlace.
PD 2: La calidad de una encuesta, la definen buenas preguntas, y lo amplio y diverso del grupo de encuestados.
A mí me da que los resultados no son como para creérselos.
Hay mucha más gente no disponible. ¿Qué opinas?
PD 3: Esto se lo mando a mis suscriptores.
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