Disfunciones entre juegos finitos e infinitos

 
 

 Va del problema de confundir lo puntual, con lo que es para toda la vida, y del problema que te puede generar.

En mi artículo anterior (este), comentaba que un juego finito, es en el que compites contra otros, o por obtener un objetivo puntual y concreto. Estando las reglas preestablecidas (las conozcas o no).

En los juegos infinitos el propósito es continuar en la partida, que va paralela a tu vida. Compites contra ti, pones tus normas y la forma de evaluarte.

 Puedes ir a ver los ejemplos que puse, de cómo pasar tus objetivos de juegos finitos a infinitos… No hay color, vamos.

 

Ahora van los problemas de confundirlos:

NEGOCIACIÓN:

Discutir es un juego finito, pero en ocasiones, cuando se negocia algo, no tiene por qué haber un ganador.

Stephen Covey explicaba cómo puede terminar una negociación:

1.      Perdiendo las dos partes (daña la relación).

2.   Perdiendo tú o el contrario (queda resentida una de las partes).

3.   Ganando los 2 (beneficio mutuo).

4.    Cerrar la negociación sin acuerdo (se evitan los resquemores).

Juegos finitos son los 2 primeros, incluso si te beneficias (un “ganas, el otro pierde”), pues a la larga, esa persona no querrá tener tratos contigo.

Pese a que no siempre se pueda, lo suyo es llevar el trato hacia el punto 3º o 4º. En estos casos, sería un juego infinito por propiciar una buena relación a largo plazo.

 

EL AMOR DE TUS PADRES:

De críos en casa, se competía por la atención de los padres. Salvo que no tengas hermanos (que ya te lloverían otras dificultades por otro lao).

Ese competir innecesario, es un juego finito. Yo lo explico así:

·   Nace el primer hijo, se le da todo el amor (que pueden), como si fuera una tarta.

·   Cuando nace el segundo, no se parte la tarta en 2 pedazos (los niños vienen de París con una tarta debajo del brazo).

·   Se da el mismo amor, pero diferentes atenciones.

La forma en la que los padres (no negligentes) perciben a cada hijo (y otras cosas que alargaría mucho el artículo), hacen que dediquen más esmero a uno u otro.

Cambiar el juego es hacerse consciente de la dinámica familiar.

LA RIQUEZA

Calculadora en mano, es un juego infinito.

Un persona de clase media-baja, vive mejor que un rey de la edad media.

 Ojo, el capitalismo rapaz es detestable. En teoría, tenemos leyes para eso. El que no se tenga para comer, no debería existir. Y es responsabilidad del sistema político.

Dicho esto, que tu no tengas riqueza no significa que se lo llevó otro, no es así.

No es de suman cero, en el que la sopa se termina de la cazuela. Si tú te compras una almohada, no es que el otro tenga que usar una piedra. Hay más almohadas.

 

Si la única solución, es quitar a los que más tienen para dar a los que menos, solo se repartirá la pobreza.

¿Te suena eso de enseñar a pescar en lugar de dar peces?

Quien ganó tanto para un Lamborghini, no es para quitárselo (y que toquemos a un milímetro cuadrado por barba), esa persona nos tendría que dar clases.

Quien genera más valor, debería tener más (con sus regulaciones y tratando de dar acceso a oportunidades similares a todos). Soy defensor del poder personal, del “quien quiera correr, que corra”.

 

Habrás notado como ha “crujido” el sistema (de por sí imperfecto), en estos últimos tiempos.

La responsabilidad no es de un ente llamado “los ricos”, ha sido porque la política está corrupta y sin moral. Las leyes creadas por estos, no defienden los intereses de sus representados. Y las instituciones, que deberían defendernos, sirven a la política.

 

Un tema tan complejo y arraigado en el inconsciente familiar, lo mismo te “china”. Te recomiendo que pienses en que 1% puedo tener razón y que 1% digo chorrás.

 

QUERER SOBRE-ESTANDARIZAR

¿Has visto como son ahora los partidos de los críos? Y no hablo de menores de 8 años. Les cambian las reglas para no tener marcador y la medalla es por participar.

Pasando de juego finito a infinito raro.

 

Bajo el buenismo de no frustrar a nadie y que todos participen por igual, lo que consiguen es edulcorar la realidad, que no tendrá piedad cuando salgan a la Vida.

Si tu madre, para no hacerte daño, te dice que cantas bien, te terminarás apuntando al casting de Operación Triunfo y cantarás un truño (y se reirán de ti en las redes).

Cuanto antes te fijes en lo que se te da bien, antes destacarás en ello, antes sacarás un talento y una diferenciación.

Ni deberían trucarte las reglas, para que un pez trepe los árboles a tu nivel. Ni deberían limar colmillos y garras al león, para que no se coma a las pobres cebras. Los pingüinos no vuelan como el águila, pero tiene su rollito de nadar y eso, no es cuestión de que no vuele el resto de aves.

Pese a que, como seres humanos, todos valemos lo mismo, las ínfimas diferencias entre nuestros genomas y nuestras distintas trayectorias personales, nos dan habilidades muy distintas.

Lo que nos ha hecho evolucionar como especie, es la cooperación. La suma de destrezas diferentes y la especialización.

 

Piensa que, si juegas a algo con personas de niveles muy distintos al tuyo (por encima o por debajo), te vas a aburrir. Solo contra gente de tu nivel vas a disfrutarlo y progresar.

 

La búsqueda y evolución en tus talentos, es un juego infinito (dura toda la vida y puedes mejorar bajo tus criterios siempre), y los juegos finitos nos ayudan a determinar lo que sí es un área de interés de lo que no.

 

Todo el mundo gana, si cada cual brilla en lo que se le da bien y/o gusta.

Sin pretender que nadie haga trampas salva-estimas.

Tanto si quieres pulir en tu brillo o salir de un pozo de negatividad, lo podemos ver juntos:

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Un abrazo,

Manu

 

PD 1: Adulterar el partido, es pasar un juego finito (con ganadores) a juego infinito (no pierdes mientras vives).

Lo que pasa es que se transforma en jugar a no perder (te lo cuento en el siguiente artículo).

PD 2: Nadie puede ser bueno en todo. Conocerte mejor, buscar dónde si destacas y cómo usarlo, te puede ayudar a estar en armonía contigo.

Si quieres que te acompañe, ya sabes.

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