La diferencia entre sobre-implicarse, implicarse a secas, estar por estar y no implicarse una 💩.
De partida, llegas a la edad adulta con unas “formas de hacer”, más o menos exitosas.
Tuvieron sentido en tu historia, fueron adaptativas en su momento, pero ¿lo son en este?
Esa es la cuestión:
¿Te funciona AHORA tu forma de implicarte con las relaciones (incluida la que tienes con tu trabajo)?
Como aplica a muchas facetas, te lo llevo a la familia de origen en la edad adulta (y ya a solas te lo extrapolas a lo laboral u otras vinculaciones).
Para relacionarte, llevado tus “cositas” de antes, optas por una de estas estrategias (o de las que están entre medias):
4.- No implicarse una 💩
Esto pasa cuando te desvinculas emocionalmente.
No es necesario que te pasara algo fuerte con tus padres.
Puede que la suma de agravios, la falta del cariño tal como lo querías, interpretar lo vivido de aquella manera,… te hicieran romper el vínculo.
Ahí se corta la conexión y plof, como que ya no es tu asunto.
No soy quién para decir que esto es mejor o peor, dependerá del caso.
Si ves a alguien que tenga este comportamiento, no te apresures a condenar, puede que en su caso hicieras lo mismo.
Antes de pasar al siguiente punto, una aclaración, con base en generalidades.
Eso es que se cumple a número gordo, con bien de gente:
Vamos a ver, mujeres y hombres somos iguales (o al menos lo deberíamos ser) en derechos y obligaciones. En poder alcanzar la felicidad y tener acceso a las mismas oportunidades.
Tristemente, aún no es así.
Mujeres y hombres, no somos iguales desde el punto de vista de la genética. Nuestros cuerpos, cerebros y procesos hormonales son distintos.
Te recomiendo el libro de la doctora Louann Brizendine: El cerebro femenino.
Pese a que la configuración de la mujer, predisponga a la conexión frente a la competición, no hay que suponer que las mujeres quieran cuidar.
La sociedad y la familia, suelen ejercer presión para acentuar esta predisposición. Condicionando, y en casos coaccionando, su libertad desde crías.
Mientras tanto, a los hombres se les prepara para la independencia y al desempeño fuera del hogar.
Las dos cosas son un caldo de cultivo para dinámicas disfuncionales, lealtades inconscientes y creencias poco cuestionadas, en unas y otros.
Seguimos.
3.- Estar por estar
Es como la anterior sin irse físicamente o es dejar a alguien tu parte de la tarea.
Hay mucho de eso de “eh, que yo si he vendido” pero al final “mejor que lo haga otro”. Casi siempre quedas mal, porque ir pa'ná es tontería.
Más usual en hombres, que no dan un paso adelante (como que “no les sale”), echar un cable o lo que haga falta.
Hace match, en sistemas familiares, con alguien con sobreimplicación. De normal es una mujer, que asume un papel de cuidadora o mediadora.
En ocasiones hay bloqueos emocionales que se entienden poco y se identifican con la dejadez.
“No es lo mío”, “ocúpate tú que sabes/puedes” y el tiempo pasa sin que te lo mires.
Identifícalo y pide ayuda, por tu bienestar y el de tu familia.
2.- Implicarse a secas
Es lo ideal, que raras veces se da con facilidad.
Encontrar un equilibrio, entre cuidarte y atender necesidades, no es sencillo.
Y menos en una circunstancia con tantos juicios y emociones sobre la mesa.
Aquí cobra mucho peso las dinámicas con los hermanos (que normalmente no están igual), las peticiones de los padres (en ocasiones demandas exageradas por la edad y la soledad) y las cuentas pendientes del pasado.
1.- Sobre-implicarse
Sobre-implicarse va de adoptar roles, que otra vez se asumen más por mujeres: cuidadora (con mucha pinta de terminar de enfermera), mediadora, madre de tus padres,
También hay roles masculinos, pero más orientados a resolver papeles, hacer de chapuzas, de taxistas,…
Y ambos hacen sargento perseguidor de hermanos.
Nuevamente, no te posiciones.
Pongámonos en que tus padres de verdad necesitan atenciones, la economía familiar no ayuda y tus hermanos pasan.
En apariencia, no te queda espacio para el equilibrio y puedes caer ahí.
Lo ideal es que te adaptes en el amplio sentido de la palabra:
- Si tu entorno familiar te daña de verdad, adaptarte es alejarte.
- Si notas demandas injustificadas, vas a tener que plantarte.
- Si no hay colaboración y te desgastas: negocia, delega, moviliza prestaciones,...
- Si te encanta ser el perejil en todas las salsas y recibir relevancia por esta vía, por muchas razones deberías soltar tu presa, no te hará feliz nunca.
Estés cerca del escenario que estés, seguro que hay muchos matices, de ahí que, viendo post de Instagram no se te arregle.
Te propongo que me escribas y veamos si soy la persona adecuada para llevar tu caso. Para ello:
1º te suscribes en el cajetín al final del artículo (por política de privacidad y hacer filtro).
2º me contestas a cualquiera de los emails que te mande.
Un abrazo,
Manu
PD 1: ¿Cómo sería esto en tu relación con el trabajo?
PD 2: Para más artículos de sobre-implicación, pulsa aquí.
PD 3: Si te parece que hay mucho sesgo de género, pese a estar en el siglo XXI, date un paseo por las casas de tus amistades a ver que está pasando.
PD 4: Esto se lo mando a mis suscriptores.
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