Ni tanto, ni tan calvo. De Aristóteles a Buda.
Otro artículo perteneciente a la serie de 5, que publiqué en verano del 2022, para explicar unos cambios en lo que ofrezco.
Llegado hasta aquí, ojalá que hayas leído esto:
Podemos tener un conflicto, entre impulsos emocionales y lo que racionalmente no sale a cuenta (enlace aquí).
Pese a que ames algo, saques tiempo de debajo de las piedras y sientes que lo merezcas, en ocasiones no es posible lograr hacer lo que deseas sin infligirte pupa (su enlace).
Los platos chinos te enseñan a visualizar los compromisos que tomas y dan consciencia de la cantidad de cosas que gestionas. Un “sí” a tu bienestar global, puede implicar un “no” a lo que amas con locura. Válido, para lo que conté y para parejas (léelo desde aquí).
La técnica del embudo para organizarte y clasificar tareas de forma muy profesional, pero que necesita de tu sinceridad brutal (pulsando esto).
También te anuncié, que dejo de cambiar tiempo por dinero, en esto del acompañamiento.
Me quedo con lo de los trenes, que me gusta lo suficiente y siempre pasan cosas.
Un solo pagador, buen sueldo, estrés moderado y seguro.
Vamos, para un eneatipo 6 un muy buen trabajo (para otro artículo).
¿Seré un cobarde? ¿Seré un flojo? ¿Seré un fraude?
¿Cómo es que no aprieto los dientes y sueño más fuerte?
Pues ahí va la primera metáfora para responder las preguntas.
Es de Stephen Covey, de Los 7 hábitos de la gente altamente efectiva.
Libro bueno, bueno. Recomendable hasta el infinito y más allá.
Me impactó mucho cuando me iniciaba en esto del desarrollo personal.
Se trata de:
¿Dónde apoyas la escalera del éxito?
Habla de directivos que se pasan la vida de esfuerzo, en sacrificio.
Escalando por la escalera del éxito profesional.
Y cuando llegan o se jubilan, se dan cuenta que la escalera está apoyada en la pared equivocada.
Porque, en ese dejarse la piel, ven que ahora no hay nada más en sus vidas.
Hijos que son desconocidos, matrimonios fracasados, salud deteriorada,…
Me veía ahí, tratando de conseguir y conseguir, sin valorar el presente.
Donde, desechaba cajas importantes que no entraban al embudo.
Sin un horizonte claro, en el que exista tregua al desempeño voraz.
Esto me lleva a la segunda metáfora.
Si fuera tú, que no lo soy, leería esto y volvería.
¿Leíste el artículo? Te desvelo allí la metáfora y aquí la chicha.
Hay una lección de vida. Qué digo, da casi para una religión.
Ese artículo, contiene una enseñanza de la película Pequeño Buda.
En una parte, se explica el descubrimiento del camino medio por parte de Buda:
Vivir a mitad de camino entre el apego y la evitación.
Se pone más profundo, pero eso para otro día.
Hay un camino intermedio entre los extremos de la indulgencia y la abnegación, libre de pena y sufrimiento. Este es el camino hacia la paz y la liberación en esta misma vida. … Si buscamos la felicidad únicamente a través de la indulgencia, no somos libres. Si luchamos contra nosotros mismos y rechazamos el mundo, no somos libres. – Ajahn Chah
La virtud es una disposición voluntaria adquirida, que consiste en un término medio entre dos extremos malos, el uno por exceso y el otro por defecto. – Aristóteles
Ni tanto, ni tan calvo. – Refranero popular
Pues yo estaba en abnegación, exceso y en el “tanto”.
Lo habitual, cuando te pasas de vueltas, des media vuelta y mires al lado contrario.
De derrochadores a agarrados.
De recatados a libertinos.
De sociables a retraídos.
De trabajadores a vagos…
Un volantazo, tratando de hacer la regulación de golpe.
Depende de la persona, trae unas consecuencias u otras (las negativas, son más habituales).
Pero a los de fuera rechina y mucho.
Mi idea es distinta a quedarme sin hacer, por voltear 180º, es tener más balance.
Seguiré escribiendo artículos, pero enfocados en plantar semillas.
Seguiré mandando el newsletter, pero no necesariamente todos los días, y que hagamos en torno a ellos, una comunidad amplia.
Seguiré formándome y buscaré los huecos para escribir libros, a medio plazo.
La verdadera idea, la iré dando forma según sienta que puedo llevarlo sin estresarme.
La auto-exigencia me lleva a pedirme demasiado.
Es mi tendencia, tiene que ver con mi historia.
Detrás hay un demostrar (hacia fuera) y demostrarme (hacia dentro).
Pero ya he aprendido muchas cosas, como para seguir perpetuándola.
Escribo para personas que por estrés laboral la lían fuera del trabajo (porque conozco en primera persona el tema).
Puede que me equivoque, pero seguro que aprendo.
Y lo que aprenda te lo enseño en este blog. Mejor si te aviso por correo, ¿no?.
Todos los artículos de la serie en este enlace. Pero mucho mejor, es que no pierdas nada. Lee un poco más.
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