Así con los intermitentes como en la vida. Así en lo pequeño como en lo grande.
Tienes una versión en audio bajo estas palabras y, justo a continuación, en texto.
Hay cosas que haces, en apariencia insignificantes, que hablan de cómo eres.
Eso pequeño, muestra (quieras o no) quién eres, cuando toca demostrar lo grande.
Y sí, claro que habrá excepciones, pero no te hagas el lío:
¿Eres fuerte en lo grande? ¿Pues qué te pasa con lo pequeño?
¿Eres fuerte en lo pequeño? ¿Pues qué te ocurre que no das el paso a lo grande? ¿A qué esperas?
¿Ni una cosa ni otra? ¿Por lo menos te apetece?
Ahora va la metáfora...
Visualízate conduciendo un coche…
¿Cómo podrías ser, si pones los intermitentes?
Una persona…
Comunicativa: por tratar que otros vean por dónde quieres ir.
Empática: por no querer dañar o sobresaltar a nadie.
Generosa: que se toma el tiempo, la energía y dedicación de darle al intermitente (creo que hay gente que se ahorra a sí misma y el combustible/electricidad, porque otra explicación o se me ocurre ahora).
Que quiere ocupar el lugar a donde desea ir: también obvio.
Abierta: a entenderse, incluso con desconocidos.
Con principios y valores: el respeto hacia otros, no es necesario ni comentarlo.
Que termina de comunicar cuando ya ha dicho lo importante: también quita la señalización y no la deja otros tres kilómetros.
Respeta sus tiempos: da y retira cuando toca, ni anuncia tarde, ni abandona pronto.
Vive en el presente: no está en la reunión de dentro de una hora, ni en la pelea de ayer con su pareja. Conduce y respeta.
…
¿Qué podrían pensar, de no ponerlos tú?
Qué pretendes…
Intimidar, acojonar o molestar. Destacar por alarmar con tu presencia.
Impresionar (con sus habilidades de pilotaje de coches de choque) o presumir (de una inteligencia fina que encuentra los huecos medidos con escuadra y cartabón). “Ooohh qué picardía y temeridad de pirata. Mi voto a la presidencia”.
Demostrar que te la suda todo y que estás por encima del bien y del mal. Tu rebeldía no es de este mundo, y la fuerza desprende el aroma de tu axila, la usan para destilar elixires sexuales.
Aparentar conducir (con el resto), mientras está en Babia. Con la cabeza lejos de los hombros, en el ombligo de tus cosas. “¡Espabila que nos vas a matar a todos!, ¡joder!
Ratificar que eres ^@ç$*% (el listado de insultos de moda). Pero esto también habla, de quién te lo dice (del susto que se ha llevado, de su intransigencia,…). Y en el otro extremo: “Pobre criaturita… Debe tener una vida de mierda”.
…
Al igual que un intermitente oscila desde su luz a su oscuridad,
nosotros hacemos las cosas de desde nuestra versión más luminosa, o desde nuestras mierdas más oscuras.
Identificar nuestras luces y nuestras sombras es autoconocimiento, madurez y capacidad de desarrollo.
Puedes identificarte en alguno de estos casos. Pasas...
...de respetar las normas de convivencia y hacer lo correcto, a poner obsesivamente las fronteras, criticándote (a tí más ferozmente) y no dejando títere con cabeza.
...de una empatía comprensiva y saber qué necesitan, a reclamar airadamente lo que crees que te debían dar y la conexión que no llegó a ser.
...de ser excelente y ejemplar en tus acciones, a la máscara y la mentira de quien anhela, a toda costa, ser admirable.
...de cuidar la vulnerabilidad y la diferencia, a lo estrambótico y fomentar ser cualquier cosa que te distinga de los demás.
...de lo analítico y estructurado, a la doble "in": indiferencia e insensibilidad.
...del bien común y fomentar un entorno seguro, a ver peligros y traiciones por todas partes.
...de ir con liviandad y diversión, a ir desde la falta de compromiso, lo evasivo e infantil.
...de vivir desde la firmeza y el tomar el lugar, a ser invasivo y amenazante.
...de establecerte desde la tranquilidad y el ser afable, a ser indolente y pachorra.
Cuando pierdes tu luz y te acercas a tu oscuridad.
Cuando te pierdes en lo grande.
Cuando ni lo pequeño está a salvo de tu ego.
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