Síes son noes y noes son síes, y no solo en mujeres.
¡Dale una patada al tópico! A los hombres también nos pasa, y al terminar el artículo, estarás de acuerdo conmigo (pese a que lo hagas con piños y puños apretaos).
Piensas que, al decir “sí” a compartir tus juguetes con otros niños, dices “sí” a mantener o crear amiguitos.
Pero, al decir “sí” a compartir tus juguetes con otros niños, dices “no” al rechazo y a la soledad.
Piensas que, al decir “no” a compartir tus juguetes con otros niños, dices “no” a que se rompan, se pierdan o se los queden.
Pero, al decir “no” a compartir tus juguetes con otros niños, dices “sí” a rechazar a otros y a mantener un estatus por tener algo en exclusiva.
Piensas que, al decir “sí” a un nuevo trabajo, dices “sí” a una o varias mejoras en las condiciones laborales.
Pero, al decir “sí” a un nuevo trabajo, dices “no” al antiguo, a sus condiciones, al hartazgo de las tareas y/o personas.
Piensas que, al decir “no” a un nuevo trabajo, dices “no” a lo que a lo que te mosquea del cambio, demostrando inteligencia.
Pero, al decir “no” a un nuevo trabajo, dices “sí” a “Virgencita, Virgencita que me quede como estoy”, sin salir de mí confort/disconfort.
Piensas que, al decir “sí” a una pareja, dices “sí” a un proyecto de vida ilusionante.
Pero, al decir “sí” a una pareja, dices “no” a un nudo en el estómago de soledad y a la nostalgia de peli mala y mantita para dos.
Piensas que, al decir “no” a una pareja, dices “no” al ahogo de tu libertad.
Pero, al decir “no” a una pareja, dices “sí” al miedo por un hipotético daño, de salir la cosa mal.
Piensas que, al decir “sí” a dieta y gimnasio, dices “sí” a la salud.
Pero, al decir “sí” a dieta y gimnasio, dices “no” a que te digan que tienes más edad, que haces ruiditos al agacharte o sudas como un pollo.
Piensas que, al decir “no” a dieta y gimnasio, dices “no” a pasar hambre, hacer esfuerzos “pa’ná” y a las molestas agujetas.
Pero, al decir “no” a dieta y gimnasio, dices “sí” a una posible peor vejez, a perpetuar un mal concepto de ti y bares de fritanga con chorretones de aceite en las paredes.
Piensas que, al decir “sí” a suscribirte en ManuGalan.com, dices “sí” a recibir gratis valiosos contenidos.
Pero, al decir “sí” a suscribirte en ManuGalan.com, dices “no” a quedarte de brazos cruzados sin alimentar conocimientos, que te ayuden a cambiar.
Piensas que, al decir “no” a suscribirte en ManuGalan.com, dices “no” a tener correos que habla sobre temas “molestos”, en los que sabes que puedes mejorar.
Pero, al decir “no” a suscribirte en ManuGalan.com, dices “sí” a perpetuar lo que hay ahora en tu vida, posiblemente hasta que empeore y te duela tanto que tengas que pegar un volantazo a tu vida.
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