Para no poner otros casos, pongo el mío.

Yo soy disléxico (aquí, en la página del blog, cuento como era eso en mi época).

Mi gran eco de estrés pasado, tiene que ver con eso.

Muchas asociaciones dolorosas inconscientes vienen de esta experiencia.

 

Mis primeras apariciones en público fueron en el cole.

Lo pasé mal.

Muchas veces.

Durante muchos años.

Asocié un montón de juicios negativos sobre mí.

Creencias limitantes que impactaron muchísimo en esa etapa y arrastré por años.

 

Obviamente, cuando eres un crío sin herramientas, es fácil que te hagan mella.

Aparte, la constelación de regalitos del entorno:

“¡Qué burro eres!”

“¡Eres un vago!”

“¡Nunca llegarás a nada!”

 

Y claro, como lienzo en blanco, te lo llevas.

Coincide que, viniendo de figuras a las que das importancia (como profesores), das mucho valor a lo que te dicen.

Hay una parte egocéntrica en los niños y una conexión con la culpa, que da para otro artículo.

 

En fin, mi YO adulto fue derribando los:

“no vales”,

“no eres adecuado”,

“no puedes”,

“no deberías estar con el resto”,…

Que se inseminaron desde fuera y crecieron alimentados por la observación de mis resultados.

 

Pues por mucho que me he trabajado mis mierdas…

De vez en cuando, los síntomas físicos y pellizcos emocionales (que explicaba aquí), vuelven para atormentarme.

¿Y cuándo me pasa?

Pues en situaciones que conectan, con hilo invisible, el exponerme y el volver a ser juzgado.

• Evidencian: “esto es lo que hay” no lo superaste del todo.

• Me dicen: tienes un miedo anticipatorio a un posible daño.

  Un estrés por repetición del eco pasado no resuelto.

Podrías pensar que, sin dar la cara en público, se termina el problema, ¿no?

Cierto, solo en parte.

Siempre tendremos que hacer algo donde apunta lo intimidante.

Puede ser inevitable que te llegue la situación temida.

Personalmente, yo elijo hacerlo, cada vez un poquito más.

Pero no por masoquismo o irracionalidad (que puede re-traumatizar).

Porque lo que deseo y merezco, está al otro lado de exponerme, pasa por estar ahí.

 

Hay quien podría pensar:

“Pues si un tío que está en estas cosas no lo ha sanado del todo, menuda mierda.”

Hay 3 matices, que mucha gente (incluidos la mayoría del sector), se pierden:

• No es una herida suelta.

  Hay múltiples interpretaciones que generan impactos distintos y que se llevan a diferentes áreas de la vida.

  En consecuencia, no es una sola cosa a sanar, es una pequeña galaxia.

• La vivencia emocional se lleva al cuerpo, que genera una estructura defensiva junto con la mental.

  Por tanto, se han de trabajar trenzando emocionalidad, corporalidad y cognición.

• Cuando algo traumatiza (pueden ser pequeños “traumitas” pero que impactan), una de las estrategias defensivas es la disociación.

  Una de sus consecuencias es la grabación de la experiencia en el subconsciente.

  Como resultado, ni sabes que tienes este trauma de “t” minúscula.

 

Con todo lo que te cuento, lejos de asustar, quiero que te des cuenta que es un proceso.

Deja de perseguir encantamientos de brujería barata.

Son humo y espejos disfrazados de soluciones rápidas.

Las baritas mágicas y hechicería de transmutaciones alquímicas, para las pelis.

Busca soluciones que te enseñen herramientas.

Con ellas, podrás replicarlo luego por tu cuenta.

Y confía en tu capacidad de hacerte cargo de tu propia vida.

Soy híper-fan del poder personal, para cambiarte la vida a ti mismo.

 

Hay historias muchísimo más impresionantes que la mía.

Para mi niño (al que le dolió lo ocurrido), que sea ingeniero, que tenga la calidad de vida que tengo y superase aquello, ¡¡¡ES UN JODIDO MILAGRO!!!

Todos tenemos un potencial que llega a lo extraordinario, si nos ponemos a ello.

 

A ti, te podría pasar:

Que ves a un determinado tipo de personas y se te encoge el estómago.

Que escuchas según que cosas y se te eriza el pelo.

Que te sube la temperatura en situaciones concretas.

Son tus ecos del pasado.

Son tus síntomas que apuntan a lo que puedes resolver.

Sintoniza con una mejor versión de ti, sin eso que te condiciona.

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