Manu Galán

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La estadística dice que te quejas con razón, trabajas más que antes.

Eso que observas tomando las cañas es cierto:

Todos piensan que hacen más trabajo que antes.

 

El otro día leí un artículo de Sarah O´Connor.

No. No, es la protagonista de Terminator 1. Otra.

 

Hablaba de unos estudios, principalmente en UK, pero también se cumplen en el resto de Europa y USA.

En ellos se miden indicadores de las diferentes impresiones de los trabajadores.

 

El resumen de los académicos Tom Hunt y Harry Pickard:

Trabajar muy intensamente aumenta la probabilidad de que las personas reporten estrés, depresión y agotamiento. 

 

Por un lado, la naturaleza del trabajo ha cambiado mucho en los últimos 30 años.

Las nuevas tecnologías, pese a parecer que ayudan, hacen que se trabaje con plazos más ajustados y bajo mayores niveles de tensión.

Y esto se cumple en todos los rangos salariales y tipologías de puestos.

 

Principales causas:

  • Producción más industrializada en todos los sectores, incluso en empresas pequeñas y comercios. Esto hace que se eliminen tiempos muertos.

    La tecnología favorece el control sobre los trabajadores (horarios, paradas, situación geográfica,…).

  • La intensificación de la comunicación instantánea y la sensación de tener que estar siempre online para responder rápido a clientes, proveedores o jefes.

    Muchos empleos tienen una pantalla asociada, interrumpen constantemente dando la sensación de trabajar intensamente y rápido, pero sin sensación de avance.

  • Las diferentes crisis económicas hacen que se recorten gastos en personal.

  • Autónomos o personas con miedo a perder su trabajo, pueden trabajar sin estar en sus mejores condiciones de salud.

  • La información de la situación de tu sector laboral, las problemáticas sociales, las catástrofes, las crisis sanitarias, política, economía,… la tienes al segundo.

  • Muchas personas tienen una asociación directa entre: ofrecer mayor productividad y poder obtener un mejor nivel de vida.

 

La intensificación del trabajo no parece aumentar nuestra riqueza, pero sí hay indicios de que empeora nuestra salud.

Esto último como medias de productividad en las empresas, por lo tanto matizable a nivel individual.

El tema, es que:

Los datos ya eran así incluso antes de llegar la pandemia.

 

¿Dónde se va la tensión acumulada?

  • Hacia dentro (lo decía el informe: estrés, depresión y agotamiento).

  • Hacia fuera (liándola con tus hijos, pareja, amistades,…).

 

A falta de una hipotética regulación política o un cambio social global (¿será la “gran renuncia”?), hay que apostar por la responsabilidad es individual.

 

Si estás en el grupo de personas, que se identifican con un incremento de estrés, puedes seguir soportándolo o hacer algo.

 

Tu salud y las personas que nos acompañan en la vida lo merecen, ¿o no?.

 

Y no es que tengas que contratarme por ser el que te lo cuenta, es que hay un cambio de chip urgente e importante.

Un mensaje para ti y para las personas que conozcas en esta situación.

Si lo crees adecuado, comparte con ellos este artículo.

 

También sería interesante que lo leas mañana o pasado, a ver que te mueve.

Por si cae la ficha, y pones tu foco hacia un mayor bienestar.

Sería genial que te cuides, e hicieras lo mismo con los tuyos.

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