¿Por qué valoramos lo que valoramos?
La pregunta es: ¿Por qué valoramos lo que valoramos?
Que también podría ser: Porque valoramos, lo que valoramos.
Estoy escribiendo esto mientras espero a que terminen la revisión del coche.
Tengo la misma marca, que mi padre.
¿Casualidad?
Puede que mi yo del pasado…
o ni se lo planteara…
o se cabreara por la coincidencia.
Te lo digo, porque no siempre he estado a buenas con mi padre.
Incluso en momentos, bastante mal.
A día de hoy, entiendo la coincidencia, me hace gracia y la respeto.
Va a favor de los dos.
Te cuento.
En un aspecto muy práctico, no queremos sorpresas y elegimos cosas muy fiables.
Que no fallen.
Que no den problemas.
Nuestras personalidades tienden a ello, como los políticos, a llenarse los bolsillos con lo de otros.
Me he criado con mi padre, obvio que me ha dejado esta impronta.
He "comprado" cuarto y mitad.
Salteado, que no en todos los ámbitos.
Imagino, que te pasa con tus temas familiares, que algunas cosas las valoras y en otras te lastran.
Ya me cuentas.
He podido soltar muchas de las convicciones que me pesaban.
Ya no hago las cosas por la inercia de antes.
Lo mismo hasta he madurado jejejje
Y, para rizar el rizo, tenemos el mismo eneatipo.
Tienen más peso, las interpretaciones del pequeño Manu de la infancia, que la intención que pusieron mis padres.
REPETICIONES DE PATRONES Y CREENCIAS
Lo conocido (familiar), lo valoramos.
De ahí muchas de estas repeticiones.
De formas de pensar y preferencias.
Conscientes o no.
Otro puñado viene de la fidelidad al clan.
Las lealtades a quienes te mantenían con vida con alimento y protección.
Entre la defensa de tu vida y lo afectivo, se mueve este amor a los progenitores.
Ese niño, falto de recursos, se sometió a ellos y sus formas de ver el mundo.
Y las terminará integrando el adulto que no lo cuestione.
También está la versión contraria, la oveja negra.
La misma línea de comportamiento en dirección opuesta.
La misma soga invisible que une los opuestos.
Jugando a lo mismo, pese a que no se quiera.
Deseando su atención negativa y que les duela, para que te miren.
No haciendo las cosas por convicción, más bien, por oposición.
A modo de ejemplos:
Hijo del Barça con familia materna de socios del Madrid.
Padre Cayetano Francopantono con Fachaleco con hija Podemita Perroflautica Abrazárboles.
A mí que me molestaba ser, en según qué cosas, como mi padre.
En gran parte porque tenía esa mala relación
y en otra porque yo NO tenía razón
(no te haces una idea de las veces que mi padre pronosticaba el futuro).
Ahora entiendo, que no había nada de malo en lo que me pretendía dar.
Es más, si él me daba lo mejor que tiene (porque lo cree así), lo tomo, lo examino, y si me vale, me lo quedo.
Me doy cuenta, que muchas cosas de las que más valoro de mí, las aprendí de él.
Y que, poder soltar lo que no me gustó de nuestra relación, tiene muuucho que ver con mi ego de niño herido.
En mi caso, el autoconocimiento, y en concreto el eneagrama, me ha dado esta visión de él y de mí.
De reconciliarme con su forma de pensar sin que me rechine.
Porque cuando te equipas y te conoces más,
puedes hacer las paces y mirar con ojos de agradecimiento tu pasado.
Sacando lo mejor de aquello para impulsarte.
Vamos, que si empezara mi propio proceso de nuevo,
y sin renunciar a nada,
lo haría por generar armonía en las pupas de crío.
Soy muy consciente, que hay personas con padres muy heridos.
Que, a su vez, fueron muy hirientes.
De haberlo, no darían el carnet de padre/madre a todo el mundo.
Y también que, doblegar (por tu cuenta) el propio ego, requiere de superpoderes (o casi).
Me encanta acompañar procesos similares al mío.
Para que mis clientes puedan poner ternura en su pasado.
Para que accedan a un mayor conocimiento de sí mismos.
Para que puedan gestionar sus emociones y las dificultades laborales.
Para que accedan a esas ganas de tirar pa’lante hacia proyectos de vida, y que tomen acción.
Si quieres que te acompañe, contesta al e-mail, a cualquiera del los correos que te mando al suscribirte (en la caja del final del artículo),
para agendar una llamada de compatibilidad.
Un abrazo,
Manu
PD 1: ¿Te pareces en algo al progenitor con el que peor te has llevado?
PD 2: ¿Haces lo contrario que alguno de tus padres por rabia?
PD 3: ¿Sigues enfadado con alguno de ellos?
PD 4: ¿Quieres seguir más tiempo así?
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