El síndrome del disco derretio
— Manu, ¿qué es eso del síndrome del disco derretido?
Pues me lo he inventado a falta de conocer el nombre real que tiene.
Porque existir, seguro que existe, como las meigas.
Si tuvieras un disco de vinilo en tus manos, y lo dejas un rato sobre la fuente de canelones que hacía tu madre, se empieza a derretir.
Si lo sacaste a tiempo, visto desde arriba, conserva la forma de boina, pero de lado parece la sonrisa de Leticia Sabater.
De ponerlo en tu tocadiscos (porque todos tenemos uno jejjeje), se va a escuchar raro, entre un gato atropellao y llanto de político diciendo que está arrepentido.
Es este “escucharse raro”, es lo que comparo con tener un pasado a reescribir.
Que a ratos puedes sonar bien, pero que vas a saltar como las palomitas.
Y te vas a escuchar entre triste y con risa irónica.
Este síndrome se aplica a momentos estresantes.
Esos que están fuera dela famosa zona de confort.
Que, si lo piensas, es “casi todo”, pero te puedes aferrar al otro “casi nada”.
Un lugar típico es el entorno laboral, siendo el emprendimiento el mega-monstruo de final de pantalla.
Y otro son las relaciones, y aquí los hijos, serían el bicho megalítico del final del juego.
—Manu, ¿qué se puede hacer con un disco medio fundido?
Depende mucho del estado, desde dónde partes, obvio.
El tema no va de:
Aplastar con fuerza tu disco.
Ni de darle con un martillo como en la fragua.
Tampoco de pasar la radial a las crestas y rellenar con algo los valles.
Lo de alisar las dobleces, pasa por reescribir el pasado.
Ponerte en observación, para que veas tus hondulaciones.
Aplicar a cada una de ellas, un tratamiento que recupere su forma, con las limitaciones de tu propio material.
E ir afinando el proceso hasta que te escuches y no te duela, ni saltes como un resorte.
Pues si quieres afinar tu disco, te suscribes, me escribes y hacemos una llamada para oírlo.
Un saludo,
Manu
P.D.1: No esperes que quede perfecto, nadie debería forzarse con esas expectativas.
P.D.2: Es la recuperación de tu disco, lo que hace que tu música sea diferente y necesaria para otros.
P.D.3: Que estés hasta “ahí abajo” de saltitos y maullidos, es normal.
Lo contrario es costumbrismo, dejadez y miedo(todo ello lícito, claro).
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